El laberinto del fauno: "con los faunos hay que andarse con cuidado"
Regina Oblitas López Portillo
El laberinto del fauno es una de las grandes obras cinematográficas
de Guillermo del Toro. Sacada al cine en el 2006, entró dentro de los géneros
de drama y fantasía.
La
historia se desarrolla en 1944, un año antes de que acabara la Segunda Guerra
Mundial y cinco después de que acabara la Guerra Civil. La historia gira alrededor
de Ofelia, una niña de 13 años, que se traslada junto con su madre al campo, en
el norte de España, por ordenes del padrastro de Ofelia, quien cuenta con el
cargo de capitán dentro de las tropas de Franco. En el momento que Ofelia llega
su nuevo hogar y encuentra el laberinto, su forma de percibir el mundo
cambiaría totalmente. No nos debería de extrañar que una niña viva en dos realidades:
el presente y su propio mundo fantástico, el cual utiliza para escapar de la
cruel realidad que sufre en un país devastado. El mundo donde Ofelia es una
princesa es fantástico, lo que más me llama la atención fue que en la película
se rescata la figura del fauno. El fauno es una criatura híbrida que posee la
parte superior del cuerpo de un hombre y la parte inferior de un chivo; son
seres vinculados a las zonas rurales.
El laberinto del fauno y, en su
traducción en inglés, Pan’s Labyrint (de
cierta forma) son diferentes criaturas, Pan para la mitología griega era un
semidiós de los pastores y rebaños, y un elemento de la sexualidad masculina y
la fertilidad; símbolo de la naturaleza, que suele representarse con cuernos
para expresar los rayos del sol y la fuerza agresiva de Aries; con patas llenas
de vello para expresar la vitalidad de lo inferior, la tierra, las plantas y
los instintos. Para los romanos el fauno era una divinidad de la agricultura y
la cría de ganado. La criatura de Guillermo del Toro corresponde más al fauno
romano por su cualidad de oráculo y profético; como dios profético, se creía
que revelaba el futuro a los hombres mediante los sueños y voces; el fauno
visita a Ofelia en las noches para darle las instrucciones que seguir. Es común
que se les confunda a los faunos con Pan y los sátiros por poseer características
físicas similares; a diferencia de los sátiros, los faunos tienen patas peludas
y orejas de ciervo, incluso son más amigables y tratables que los sátiros.
Tanto
a Pan como a él fauno les atrae la compañía femenina; cuando Ofelia le cuenta a
Mercedes que ha visto un fauno le advierte que se ande con cuidado, porque su
abuela le contaba que no eran criaturas dignas de fiar, pero ¿por qué?. Se dice que buscaban
relacionarse con las mujeres, seduciéndolas y atraiéndolas para después tener
relaciones sexuales, o violarlas.
La relación
del fauno con Ofelia sobrepasa a lo que se esperaría que hiciera el fauno para seducirla,
sino todo lo contrario, se vuelve una espacie de guía espiritual, ayudándola para
pasar las pruebas del laberinto. Pese a su monstruosa apariencia, del Toro
demuestra de nuevo que estas criaturas fantásticas no son los verdaderos monstruos
de la fantasía, los monstruos se encuentran en la realidad de Ofelia.
Referencia:
·
Callejo, Jesús, “Sátiros silvestres” en Gnomos y otros espíritus masculinos de la naturaleza, España, 2001,
pp. 171 - 187
·
Cirlot, Juan-Eduardo , Diccionario de símbolos, España,
Labor, 1992, pp. 354
·
Hall, Manly P., Las enseñanzas
secretas de todos los tiempos, España, 2011. Pp. 151-152, 380-381
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