Crono: Una constante en "El laberinto del fauno"
Alicia Elena Vázquez
La película de Guillermo del Toro (2006) está
cargada de un gran contexto histórico (la Guerra Civil en España) y de simbolismos que nos hablan de
infinidad de temas: desde la liberación femenina, la perdida del poder de la
Iglesia; hasta del tiempo, sus obstáculos y representaciones.
Una de las influencias más notables, simbólicas y poderosas en la cinta es
la de Crono, titán griego descendiente de la tierra y del cielo, quien derrocó
a su padre Urano y fue derrocado por sus hijos Zeus, Hades y Poseidón.
¿Les suena a Vidal tratando de ser tan grande como su padre, y así en cierto sentido
derrocándolo, y esperando tener una continuidad en el bebé que espera Carmen?
Según la mitología griega, después de matar a Urano, Crono habría subido
al trono junto con su hermana Rea, convirtiéndose en reyes de los dioses en una
etapa denominada “edad dorada”. El gobierno de Crono junto a su hermana se
distinguiría por la plenitud, la corrección y la moralidad. Tal como el Fauno
le promete a Ofelia como premio a cambio de cumplir ciertas pruebas, para ser
acreedora de un mundo en el que no hay tristeza.
Crono supo que un día sería derrocado por sus hijos, como hizo con su
padre, así que comenzó a devorar a los niños que iba procreando con Rea. En la antigüedad
clásica, Crono era identificado con Saturno, dios romano. Más adelante veremos
esta conexión.
Rea decidió dar a luz a escondidas a su sexto hijo, Zeus, y engañó a
Crono dándole una piedra envuelta entre pañales. El rey lo devoró sin
contemplar, creyendo que era uno más de sus descendientes. El tiempo que pasó
escondido, Zeus fue alimentado con leche de Amaltea, una cabra que lo escondió
de Crono. Recordemos que el Fauno, quien tiene patas y cuernos de cabra, indicó a Ofelia que para que su hermano
naciera y tuviera buena salud, debía colocar la mandrágora remojada en leche y
sangre debajo de la cama de su madre.
Una vez que Zeus creció, usó un veneno que le dio Gea, diosa griega de la tierra, para que Crono regresara
de su estómago a sus hermanos. Lo primero que salió fue una piedra y después los
hijos. Cuando Ofelia entra a las profundidades de un árbol para cumplir una de
las pruebas del fauno, que la harán merecedora del ansiado reino donde todo es
felicidad, encuentra a un sapo al que hace vomitar tres piedras y una llave, en
una clara representación de la mitología en torno al Padre Tiempo.
Más adelante, frente a un manjar, encuentra a monstruo quien al ser
despertado por la niña devora a una de las hadas que la acompañan, en una
imagen que claramente alude a la célebre pintura de Goya, "Saturno devorando a
su hijo", quien, como he mencionado, asimismo es una representación de Crono, y
por tanto del tiempo no dejando vivir a nadie más.
.
Para los griegos, Crono poseía una imagen
negativa y cruel, pero los romanos lo proyectaron de una forma más positiva y
lo asociaron con su dios Saturno. Quien fue asociado entre los romanos con la
edad dorada y se convirtió en el dios del “tiempo humano”. Es decir:
calendarios, estaciones, cosechas, etc.
Saturno ha sido de gran influencia en Occidente, tanto que el séptimo día
de los judeocristianos se llama en latín Dies Saturni (Día de Saturno), lo que
después derivó en la palabra en inglés Saturday.
La imagen de Crono es asociada con la manera en que ciertas cuestiones
impiden que las cosas se desarrollen o pasen como tienen que suceder. De este
modo, es una metáfora acerca de los obstáculos para conseguir algo o concretar
un proyecto o plan con la manera en que Crono, o Saturno, devora a sus hijos.
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