Persépolis, a 2500 años de su fundación.

Por Gerardo Armenta
“O Cyrus [...], rest in peace, for we are awake, and we will always stay awake”
 Mohammad Reza Shah. Pasargada, 12 de Octubre 1971

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En esta película podemos observar a manera autobiográfica la vida de Marjane Satrapi. Una vida que está marcada por la revolución, el exilio, el retorno (el exilio en casa), el resurgimiento y la llegada, de nuevo, al extranjero. La historia comienza en 1979, con el derrocamiento del Shah por la Revolución Islámica. “La luz de los Arios”, aquella que había pretendido brillar como nunca en 1971 ante los ojos del mundo, se apagó y dio paso al régimen islámico encabezado por el Gran Ayatolá Jomeini.Para Marjane, este régimen es sólo la continuación, con sus debidas distancias, de lo que Irán vivió bajo el Shah. La opresión se transformó en una que tenía ahora por bandera los valores fundamentalistas y ya no el libre comercio y la occidentalización de la sociedad. Esta revolución llevó a Irán de un extremo a otro, de la Revolución Blanca iniciada por el Shah en 1963, a la instauración de una teocracia republicana. El tío de Marjane simboliza este proceso, encarcelado por el Shah y asesinado por la Guardia Revolucionaria.

Uno de los elementos culturales  más significativos en la película es el uso del velo. El velo representa la rebeldía y, al mismo tiempo, la sumisión. Marjane forma parte de quienes se niegan a usarlo, busca la manera de quitárselo, como un reflejo de sus ideales. Se encuentran también las mujeres tradicionales que lo aceptan, y las mujeres fundamentalistas, que se mueven como grandes sombras en la memoria de Marjane.

Por estos y muchos otros cambios, que para la familia de Marjane son contraproducentes, Marjane se exilia en Europa sólo para después regresar a Irán y sentirse ajena en su propia tierra. Regresa para darse cuenta que la realidad que ella vivió fue más prometedora que la de muchos otros jóvenes de su edad que entregaron su vida para convertirse en mártires y, con su sangre, "fertilizar la patria”. Regresó para saberse afortunada y no ser parte de los más de 100 mil jóvenes iraníes que la guerra con Irak se cobró. Regresó para darse, y darnos, cuenta que, a pesar de todo, a pesar de lo represivo de los regímenes que había vivido, las palabras que el Shah pronunció ante la tumba de Ciro II el Grande en Pasargada aquel 12 de octubre de 1971 seguían siendo ciertas y la fuerza de la gente continuaba. Ya fuese una monarquía o una república islámica, nada podría con esta fuerza; ya fuese en Irán o en el exilio, they will always stay awake.

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