Pink Floyd - The Wall: la disgregación de la familia a causa de la guerra
por Sofía Aguilar Mancera
Pink Floyd-The Wall (1982) es una película co-dirigida por Alan Parker y Gerald Scarfe (en los segmentos animados), y basada en el álbum del mismo nombre de la banda Pink Floyd. Cuenta la historia de Pink, un músico cuya vida estuvo marcada por momentos de gran pérdida y humillación que resultan en la creación de un "muro" que lo protege de las emociones, tanto suyas como de sus allegados.
La primera pérdida de Pink es la de su padre, a causa de la Segunda Guerra Mundial. En mi opinión, es ese el origen de los momentos difíciles consiguientes en su vida: la falta de una figura paterna en su crianza, la enajenación de su madre y la proyección de sus miedos en Pink, y un matrimonio fallido, producto de la depresión, el distanciamiento y la infidelidad, tienen un impacto contundente en su salud mental.
La situación de Pink no fue una inaudita en la posguerra. Una de las secuelas del conflicto armado con mayor número de muertes en la historia fue la disgregación de las unidades familiares; millones de familias quedaron sin padres, esposos e hijos. De hecho, dos de los miembros de Pink Floyd, Roger Waters y Syd Barrett, tuvieron infancias similares a la de Pink.
Como Pink, muchos varones en plena infancia asumieron el rol masculino en sus hogares. Esta experiencia resultó difícil y traumática, y sin duda, afectó la configuración tradicional de las familias del siglo XX. De manera similar, la sociedad estadounidense, por ejemplo, actualmente sufre las consecuencias del trauma de los soldados en la guerra de Vietnam: los hombres se van a la guerra, experimentan choques emocionales muy fuertes, y a su regreso, forman familias y crían niños en hogares emocionalmente inestables.
Me parece que la conversación sobre las consecuencias psicológicas y sociales de la guerra, existente sólo en las últimas décadas, debería cobrar más relevancia; particularmente dadas las intervenciones militares y guerras civiles que están ocurriendo en la aurora del siglo XXI. Dichas consecuencias, en mi opinión, enferman a la humanidad y obstaculizan el avance hacia una convivencia más pacífica.
Como Pink, muchos varones en plena infancia asumieron el rol masculino en sus hogares. Esta experiencia resultó difícil y traumática, y sin duda, afectó la configuración tradicional de las familias del siglo XX. De manera similar, la sociedad estadounidense, por ejemplo, actualmente sufre las consecuencias del trauma de los soldados en la guerra de Vietnam: los hombres se van a la guerra, experimentan choques emocionales muy fuertes, y a su regreso, forman familias y crían niños en hogares emocionalmente inestables.
Me parece que la conversación sobre las consecuencias psicológicas y sociales de la guerra, existente sólo en las últimas décadas, debería cobrar más relevancia; particularmente dadas las intervenciones militares y guerras civiles que están ocurriendo en la aurora del siglo XXI. Dichas consecuencias, en mi opinión, enferman a la humanidad y obstaculizan el avance hacia una convivencia más pacífica.
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