Sleepy Hollow: donde la mente racional es controvertida por el mundo espiritual

por Sofía Aguilar Mancera

Sleepy Hollow (1999) es una película dirigida por Tim Burton y basada en "La leyenda de Sleepy Hollow" escrita por Washington Irving en 1820. Cuenta la historia de Ichabod Crane, un detective enviado al pueblo de Sleepy Hollow, en el norte de Nueva York, para resolver el misterio del jinete sin cabeza; el fantasma de un hessiano que, de vez en cuando, llega al pueblo para cometer decapitaciones.




El personaje de Ichabod representa la modernidad: es un citadino, un detective, una persona que no cree en supersticiones y que privilegia la ciencia y la evidencia en la resolución de los crímenes -aunque este último aspecto sea anacrónico en el contexto de los años finales del siglo XVIII. Sin duda, el comportamiento de Ichabod contrasta con aquel de los habitantes de Sleepy Hollow, quienes, como el personaje de Katrina señala, no han salido nunca del pueblo y creen todo lo que el párroco, un hombre de fe, les dice sobre el mundo. Así, para la población de Sleepy Hollow las supersticiones son parte de su cotidianeidad y de su manera de entender la realidad.

Inicialmente, Ichabod no cree lo que las autoridades de Sleepy Hollow le dicen sobre el fantasma del jinete. Resulta interesante que el magistrado Philipse, el médico Lancaster, el notario Hardenbrook, y el padre de Katrina, Baltus Van Tassel, a pesar de ser hombres ilustrados, de razón, que ejercen profesiones liberales, admiten la existencia de un espíritu en el pueblo. Es decir, a pesar de haber recibido una educación universitaria liberal, su vida en la aldea los orilla a dejar la razón de lado y hacer lugar para el mundo espiritual. Esta experiencia es similar a la de Ichabod, quien al final del filme acepta que, más allá del conocimiento científico y la razón, hay acontecimientos que el ser humano es incapaz de explicar.






Comentarios

Entradas populares