"La fiesta de Panteras Negras: reivindicación y lucha"


-Rosy Itzel Velázquez Beltrán.

Forrest Gump es una joya cinematográfica dirigida por Robert Zmeckis (1994), basándose en la novela escrita por Winston Groom (1986). Desde una mirada histórica, esta película representa un collage visual de la Historia moderna de los Estados Unidos de Norteamérica, durante la segunda mitad del siglo XX, concretamente entre 1945-1982, en el marco mundial de lo que se ha denominado “Guerra Fría”, época en la que se imponían dos ideologías antagónicas a lo largo del orbe, cuyo objetivo era la supremacía económica, política y científica. En medio de este contexto, nuestro protagonista, Forrest, es testigo en algunas ocasiones, y participe en otras tantas, en acontecimientos relevantes para ese país y todo el mundo, como los resabios del Ku Kux Klán, la guerra de Vietnam, los juegos olímpicos en la China comunista, el movimiento Hippie, la llegada del hombre a la luna, la fundación de Apple, el huracán Carmen, entre otros. El ambiente en el que se desenvuelve la trama es una efervescencia de tensiones políticas, atentados de todo tipo y fuertes manifestaciones sociales, culturales y artísticas; como si el país fuera una lata de sopa apunto de explotar.

La mirada de Forrest, imparcial, inocente y hasta inspiradora, es una reivindicación del ciudadano estadounidense, como ciudadano de la humanidad; puesto que el personaje se mueve entre los valores más conservadores y las exaltaciones liberales de la juventud, representadas por su amiga Jenny. Su actitud hacía los hechos y las ideas que lo rodean es un tanto indiferente -por su situación mental- a la magnitud de las consecuencias; no obstante, esto lo podemos interpretar como una especie de sentimiento de amnesia histórica, que para bien o para mal, representa un estereotipo “idealizado” de un ciudadano moderno. "¡Corre, Forrest, corre!" Es una alerta de escape al golpe de los prejuicios y la moralina reinante de una sociedad que tiene la mirada puesta en el cielo sin voltear a sus costados, que avanza a pasos agigantados en la luna pero incapaz de 












En este análisis vamos a destacar algunos aspectos constantes en la película, que nos hablan de una larga tradición de racismo y xenofobia. Para empezar, el nombre de Forrest es en honor a un antepasado suyo, Nathan Bedford Forrest, quién no es el fundador pero si un miembro acérrimo del Ku Klux Klan. Su madre, le expresó que le nombró así para recordarle que,  "a veces hacemos cosas que no tienen mucho sentido”. Este tipo de reflexiones están presentes a lo largo de la trama, donde se presentan los valores tradicionales del estadounidense promedio, para luego hacer un desmantelamiento de los mismos, como una especie de autocrítica irónica y franca.




El encuentro con la enfermera de suéter rosa pastel en una banca esperando el autobús. Es la primera escena de la película, que evidencia el problema más crónico de la sociedad estadounidense -en ese entonces y en este entonces- la segregación racial.  

La esclavitud fue abolida después de la guerra civil en 1865, sin embargo, el ambiente de prepotencia, violencia y exclusión del blanco la segregación ///contra los de color seguía persistiendo fuertemente, desde aspectos tan mínimos como la segregación hasta en los baños públicos, como hasta los atentados de muerte. Los personajes de color en la trama tienen un rol muy fuerte, desde la primera escena vemos a una joven enfermera con suéter rosa esperando el camión, quizá la podemos relacionar con Rosa Parks; aunque no era enfermera, sino costurera de Alabama, en 1955 su rostro circulo en la prensa por "un escándalo público” que consistió en no ceder su lugar a un pasajero blanco en un transporte público que delimitaba con una línea a la parte trasera para las personas de color, se ganó una noche en prisión y pagó catorce dólares de multa. Este hecho indignante motivó una oleada de protestas que ya existía por los actos racistas a la comunidad negra y logró un “pequeño triunfo” la abolición de cualquier tipo de discriminación en los lugares públicos. No obstante, este complejo de superioridad racista es un aspecto cultural muy arraigado –no en todos-  que las simples legislaciones no cambiarían.  



El mejor amigo de Forrest, Bubba el chico camaronero, es otro ejemplo de que “la pobreza” o bien, el bajo nivel económico de las personas de color en esa época estaba condicionado por el racismo, ya que observamos como el negocio de camarones se extendió por generaciones en la familia de Bubba, pero nunca de manera ascendente, siempre había mantenido el status quo en la cocina, hasta que Forrest en memoria de su amigo le dona a su familia el dinero que ganó con la “gloriosa pesca de camarones” que le permitió degustar el manjar que por muchos años ella y su madre y la madre de su madre, servían.


La formación de la leva para la guerra de Vietnam es otra situación en donde se aprecia con desprecio, cómo en situaciones convenientes si se considera la ciudadanía estadounidense. En el camión de reclusos se observa como la mayoría son hombres de color; la guerra era el espacio-actividad que compartían blancos y negros de manera igualitaria, una democracia de la trinchera, incluso, hasta jerárquica, por el sargento que reconoce la obediencia que muestra Forrest, no obstante nos enteramos que tenía límites, cuando el sargento le dice que, si sigue con ese comportamiento ejemplar puede que a él si lo acepten en servicios especiales. “A mediados de los 70s las personas de color constituían el 11% de la población, en 1966 el 12.6 de los negros eran alistados al ejército, la fuerza aérea estaba compuesta por 10.2% y en la Armada había un 5%; teóricamente había igualdad de oportunidades, pero los hechos reflejaron que más del 23% de muertos en Vietnam fueron negros, lo que intensificó las acusaciones de que los negros eran usados como carne de cañón”.

Estamos en contra de la guerra de Vietnam, estamos en contra de cualquier guerra que se envíen soldados negros al frente a morir por un país que los odia, estamos en contra cualquier guerra en la que luchen soldados negros para que cuando vuelvan sean brutalizados y asesinados en sus hogares mientras duermen, estamos contra todos esos perros racistas e imperialistas



Esas son las palabras de sentimiento ferviente que son aclamadas por un miembro de las Panteras Negras, ¿y quiénes son ellos?, fue una coalición que surgió de los múltiples movimientos revolucionarios que brotaron desde la década de los 40 por la impunidad policial, la fuerte represión en los barrios negros y por la lucha de sus Derechos Civiles. El Partido de las Panteras Negras fue fundado por Huey P. Newton y Bobby Seale en 1966, Oakland. Eran toda una organización de Autodefensa integrada por estudiantes, obreros, parados y pandilleros; hombres y mujeres, con un mismo proyecto de emancipación comunitaria. Estaban armados hasta los dientes y entre sus primeras actividades fue la formación de patrullas de vigilancia policíaca para evitar que se cometieran más abusos de autoridad. En sus tres primeros años formaron 30 organizaciones locales y podrían haber llegado a tener unos 5.000 militantes.



Sin embargo, el discursos oficialista los quiere manchar de grupos delictivos y violentos, no obstante ellos explican “No es parte de la naturaleza de la pantera atacar primero, pero cuando es atacada y acorralada, ella responde de forma violenta y acaba con su agresor”. Pero además de la defensa física, también promovían otro tipo de actividades, por ejemplo parte de su solvento  económico lo obtenían con la venta de libros a estudiantes blancos, como el Libro rojo de Mao. Su filosofía se basaba en este tipo de escritos, también en otros pensadores como Marx, el Che Guevara, Malcolm X, Lumumba y Ho Chi Minh; los panteras eran leídos y se informaban, cada acción o acto considerado “de rebelión” lo hacían basándose en las leyes de las constituciones de cada Estado, como un medio para legitimarse y contrariar a la autoridad.


Además formaron “Programas de Supervivencia” entre los barrios negros para proveer los servicios sociales que les negaba el Estado. El más famoso de estos programas fue el Breakfast for Children: los activistas daban desayunos gratis a los niños antes de que acudieran al colegio. Pronto le siguieron los programas médicos y dentales, programas de transporte para visitar a familiares presos y programas de atención a ancianos.



Este movimiento más que nacionalista-mesiánico era humanista y social, porque no pretendían el retorno a su país natal África, sino que querían ganar el lugar y respeto que por derecho histórico tenían en América. Realmente estaban llevando a cabo una “Revolución permanente”, según el concepto Trostkiano. “Tiene que haber una revolución en el país materno blanco, dirigida por radicales blancos y blancos pobres, y una liberación nacional en el mundo negro, tercer mundo colonial aquí, en Norteamérica. No podemos triunfar en la colonia solos, porque sería como cortar un dedo de una mano. Esta seguiría funcionando ¿Entendéis? No, para vencer al monstruo hay que vencerlo en su totalidad”. A pesar de su cohesión no era un grupo que atacaba y odiaba a los blancos, su lucha no era "racial", era política y humana, quería un lugar equiparado a ellos, con el mismo respeto a sus derechos e inserción social, para lo cual sabían que tenían que cambiar la forma de pensar de los mismos estadounidenses.



La comunidad de las Panteras Negras se destacó y resultó peligrosa para la estructura política estadounidense porque crearon todo un ideario político que quedó resumido en diez puntos: "Determinación para el destino de la comunidad negra, pleno empleo, que se acabe la rapiña, fin de inmediato a la brutalidad policial y asesinatos, viviendas decentes, acceso a la educación que enseñe su verdadera historia y papel en la sociedad actual, así como el acceso a la sociedad americana decadente, sanidad gratuita, extensión del servicio militar obligatorio, la libertad para todos los hombres negros detenidos en las prisiones y en las cárceles federales, estatales, de condado y municipales; que toda la gente negra procesada sea juzgada en tribunales paritarios o por miembros de la comunidad negra, como está previsto en la Constitución de Estados Unidos: 'Queremos tierra, pan, vivienda, educación, vestido, justicia y paz”.


Referencias:
Centeno, Jesús, “Rosa Parks, la mujer negra que desafió la América blanca”, Público,  9 de diciembre de 2007, consultado en: https://www.publico.es/culturas/rosa-parks-mujer-negra-desafio.html

García Cediel, Francisco, “Breve historia de los Panteras Negras”, La Hanie, 27 de julio de 2008, consultado en: https://www.lahaine.org/breve_historia_de_los_panteras_negras

Senghor, Albin “Panteras negras. ¡Es la revolución, baby!”, Nodo50, 1 de febrero de 2009, consultado en: https://info.nodo50.org/Panteras-negras-Es-la-revolucion.html

Boyadjian, Alejandro Marcelo, “Soldados de primera, ciudadanos de segunda. La experiencia de los negros en el ejército norteamericano, de la Guerra de Vietnam”, Acadenica, 2005, consultado en: http://aacademica.org/000-006/754

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