"Pícate un vena": Dilemas éticos y nacionales en Trainspotting
-Rosy Itzel Velázquez Beltrán.
“Escoge
una vida” es la espiral por la que se deslizan Mark, Sick boy, Mikey, Francis y
Spud. Decisiones, decisiones por doquier
que implican una estabilidad económica, sentimental y jurídica, para poder insertarte en el ritmo de vida impuesto
por la sociedad presuntuosa de inaugurar el nuevo milenio al margen del
progreso, modernidad y del fenómeno mediático que va desplegándose. "Elige
tu futuro. Elige la vida... ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo
elegí no elegir la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones.
¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?" Un epígrafe que hace eco a
la juventud a finales de los 80s e inicios de los 90s, que tanto Irvine Welsh
en su novela y Danny Boyle en esta trama cinematográfica buscan retratar, el espíritu jovial de un grupo de amigos en Edimburgo, quienes además de mostrar un rechazo
por un estilo de vida donde el capitalismo se impone a los placeres -gratuitos- de
dispersión y contemplación humana; frente a un
aparador de bienes materiales, servicios y responsabilidades prefieren
sumergirse -irónicamente en sustancias que tienen que comprar con dinero muchas
veces robado- en los efectos químicos que producen un escape de la realidad a
experiencias interiores aisladas y nihilistas. Pero además del extenso mundo de
las drogas que es el tema principal de la trama, también nos sumerge a los conflictos existenciales que produce el posmodernismo, y a un
nivel colectivo se presenta un dilema identitario, pues estos jóvenes de
Edimburgo manifiestan un sentimiento vergonzante de su nacionalidad, a
diferencia de otras películas que se han analizado en este blog, aquí tenemos
un severo caso de reticencia apátrida personal, antagónico de los nacionalismos
férreos como en “This is England”.
Para
comprender porque se dice Renton a sí mismo y a los escoceses en general
“escoria de la tierra” hay que tener presente que la relación de Inglaterra y
Escocia ha sido una historia de rencillas por centurias; las pretensiones de los
ingleses por dominar toda la Isla se remontan desde el siglo XIII y se logran
en el siglo XVII con el rey Jacobo VI, a partir de entonces Escocia e
Inglaterra son dos naciones distintas pero con un mismo soberano. La soberanía
escocesa va en contrapicada agudizándose con la fundación del Reino Unido en
1707 haciendo que pierda con ello su autonomía parlamentaria. La primera mitad
del siglo XVIII estuvo repleta de revueltas jacobinas independentistas que
sucumbieron ante la corona británica, produciendo una diáspora escocesa tras la
crisis económica e identitaria de los ciudadanos frente a su nueva “doble
nacionalidad” escocesa-británica. Dentro de este
panorama y al margen del romanticismo en occidente, surge una tendencia
nacionalista, tal vez, la más fuerte que han tenido, encabezada por Robert
Burns quien nutrió el folclor escoces, para aminorar le sensación de pérdida
que trajo consigo la “britanización”, promoviendo un tipo de unión a la
escocesa, esto significa "pensar en
inglés, sentir en escocés".
No
obstante, la lucha de Escocia por recuperar su autonomía se ve mermada por las
prolongadas depresiones económicas, su tardía laicización de la educación y sus
bajas demográficas en la primera guerra mundial. Fue hasta el siglo XX que Escocia comenzó a conquistar paso a paso pequeños logros; en la década de los 20s del
siglo pasado se creó la Liga y el Partido Nacional Escoces, con el objetivo de
conseguir su independencia; empero apenas lograron una autonomía de
sus secretarias de Agricultura, Sanidad y Sistema Penal, las cuales pasaron a ser gestionados por la Oficina Escocesa en Edimburgo. En los años siguientes, resurgió un nacionalismo escoces a causa de las
políticas fiscales entre los años 70s y 80s emanadas por la metrópoli británica
para enfrentar la recesión económica e insatisfacción social en toda Gran
Bretaña; en el caso concreto de Escocia, se incrementó el desempleo y fueron cerradas sus vías de comunicación (el sistema férreo principalmente), con motivo de ahorro en el recorte del gasto
público, produciendo una sensación de aislamiento. Otra medida tacherista
fue el Poll Tax, un impuesto municipal que se aplicó primero en Escocia un año
antes que en el resto de Gran Bretaña. Es en este contexto en el que se
desarrolla la trama, y por eso podemos entender ahora las ideas tan opuestas
entre Renton y Tommy respecto a lo que significa “ser escoces”, pues no se debe sólo a una
ocasión de gusto, sino sus razones son históricas. Renton desaprueba el régimen
político inglés por sus políticas asfixiantes y, en parte se debe a que la
calidad de los empleos que buscan los amigos, como el que obtiene Renton en Londres, tan mal que finalmente decide dedicarse al tráfico de drogas y al robo ocasional. Una coartada de la crisis laboral y económica del momento, asimismo, el incremento y consumo de
sustancias alucinógenas como la heroína, morfina, libia, anfetaminas, entre
otras, eran un escape recesivo de una realidad con impuestos que no iban a
poder pagar; el comercio ilícito se volvió la regla para muchos sectores
medieros y bajos.
Pero retomando el asunto escocés, Renton más que al parlamento británico
(podemos ver su visión de un Londres progresista) repudiaba a su nación, seguramente por concebirla históricamente como derrotada, por no haber logrado emanciparse
de los ingleses y que en ese momento sufría las consecuencias de su
“debilidad e incapacidad”. En cambio, Tommy (antes de dejarse seducir por la “madre
superiora”=heroína) estaba muy orgulloso de decirse escoces, con una visión que
lo acercaba más a concebir sus orígenes como un pueblo guerrero que no se daba
por vencido, Tommy encarna una conciencia anti-tory, es decir,
una tendencia nacionalista de izquierda, que pugnaba por la distinción cultural
entre escoceses y los ingleses y por ello, promovía una resolución política que
tenía que ver con un parlamento propio; tanto fue así que en 1978 se presentó
la Ley de Escocia para su creación que tuvo lugar hasta 1998. Todavía en el
2010 se seguía debatiendo sí ¿Escocia debía ser un país independiente o con competencias
autónomas? Fue hasta el 2014 que por fin se obtiene el voto afirmativo a la
independencia por tan poco más de la mitad de la población. Ahora con el Brexit por
delante, se presenta una oportunidad histórica para dar pauta a los procesos
separatistas del Reino Unido, por parte de Escocia e Irlanda, Nicola Sturgeon,
la primera ministra escocesa anunció un segundo referéndum independentista para
su país. ¿Será más fuerte sus ganas de pertenencia a la
Unión Europea o su asimilación con el Reino Unido? No obstante, la abstención durante décadas de los votantes por promover esta
separación puede indicar que la mayoría se han adaptado al sincretismo con
hegemonía inglesa, que la mayor parte de la comunidad escocesa ha adoptado los
modales, el lenguaje y formas cívico-culturales de los ingleses.
“los tiempos cambian, la música cambia, incluso las drogas cambian”
Uno de
los aspectos que mejor cohesionan a la sociedad es la música, por la
internacionalización de su lenguaje que tiende a generar la capacidad de identificación, en Trainspotting ocurre que el soundtrack es tan representativo que pasa a ser parte el guión en sí mismo. Además de grandes colaboraciones de las bandas como New Order con "Temptation", Underworld "Burn Sipply" y "Atomic" por Blondie; se mencionan distintos artistas del momento,
lo cual es destacable porque eran los referentes culturales de la juventud en
esa época, sus ídolos e ‘influencers’ como: Iggy Pop, Lou
Reed, David Bowie y David Niven, los dos primeros estadounidenses y los David’s
ingleses, conquistaron los escenarios y
las drogas los conquistaron a ellos, sus letras dirigidas a los outsiders de la
sociedad reflejan la crisis de frustración que estaba atravesando toda una
generación. Envueltos en heroína, cocaína, LSD, marihuana, MDMA y toda clase de
drogas, relaciones sexuales casuales, enfermedades, manías y prejuicios, al
borde del suicidio, estos artistas, estos jóvenes desalineados homogenizaban su
sentir a través las canciones siendo la música una catarsis; como Iggy con sus performances se presentaba arrastrándose desnudo entre cristales o cubriéndose
con mantequilla de cacahuete y rociándose agua hirviendo sobre el pantalón para
tambalearse ensangrentado por el escenario, declaró que sólo el dolor podía
liberarlo del aburrimiento y la frustración de su generación. Su cuerpo mallugado era un reflejo del cuerpo social en descomposición.
La vida
del actor David Niven estuvo marcada por lo que se mencionaba al principio, una
familia desintegrada tras la primera guerra mundial, influyó en él a una moral
degenerativa, enfermedades de trasmisión sexual y una relación espantosa que
por poco lo lleva a quitarse la vida. Así, al margen del suicidio y la infelicidad de su segundo matrimonio, de modo similar que David Bowie sucumbía a su promiscuidad
bisexual al grado de que por poco llega a la necrofilia; ese espíritu libertino
queda bien expuesto en “Sex and the
Church” donde se plantea el paralelismo entre la carne y el espíritu con la
iglesia y el sexo, siendo este último “la madre de todas las religiones” como predica Bowie. En trainspotting esta canción se adopta como un
mantra entre el grupo de amigos, quienes difícilmente o nulamente podían tener
una relación seria con alguien, todo era efímero como la vida misma.
En cuanto a Lou Reed, además de sus
conocidas canciones de "Walk on the Wild Side" y
"Perfect Day”, que se escucha de fondo mientras Rento tiene una sobredosis;
el lado más oscuro del artista es cuando se encuentra atiborrado de prejuicios sociales y
sexistas, que aunado a una enfermedad mental, le hizo componer algunas letras
de contenido misógino y racista, como "There She Goes Again”, otras
canciones en los álbum de Transformer, Berlin, Sally Can't Dance y Street
Hassle y hasta llegar a "Mistress Dread" hablan acerca de abusos a
mujeres: golpeadas, violadas y asesinadas, ¿denuncia o pensamientos? Estos
jóvenes yonquis, bisexuales y con comportamientos grotescos también se encontraban afectados por el
ambiente; sus vidas paradisiacas fueron el ejemplo que seguían muchos de los
jóvenes que escuchaban su música, sus mensajes estaban en el aire, por la
radio, la T.V. medios por donde se podía ventilar su estilo de vida, su permisibilidad consistía
en que, en primer lugar eran artistas, su calidad de creación es
reconocida; pero hay que reparar en qué clase de
mensajes expresaban sus canciones, en dos niveles, uno desde la experiencia de
los artistas, como sujetos sumamente inmersos en el mundo capitalista-mediático
y, en otro, la aprehensión de estas letras por identificación o slogan de
pensamiento por las masas de jóvenes irreverentes al sistema y para quienes,
estos músicos eran una especie de mesías por proporcionar una alternativa contracultura, por manifestar en alto un sentir compartido
y generacional, la denuncia histórica desde una expresión artística de un contexto de crisis de orden
social, económico y ético. Por lo tanto, no eran las nacionalidades, era el
contexto, cambiante, confuso, profuso y salvaje que generaba la preferencia de profanar su cuerpo y su mente, ‘picarse
la vena' era la opción.
-Medina, Marta, “Iggy Pop, el último
superviviente de una ruleta rusa de drogas”, El Confidencial, 10 de octubre de
2016. [Consultado el 17 de noviembre de 2018].https://www.elconfidencial.com/cultura/2016-10-10/gimme-danger-iggy-pop-the-stooges-jarmusch-documental_1272376/.
-Oppenheimer, Walter, “Infidelidades, alcohol y
un fallido suicidio”, El País, 31 de mayo de 2009. [Consultado el 17 de
noviembre de 2018]. <https://elpais.com/diario/2009/05/31/agenda/1243720801_850215.html>.
-Oyler, Lauren, “Lou Reed era un celoso y
misógino que hacía cosas odiosas para vender discos”, Broadly, 6 de abril de
2016. [Consultado el 17 de noviembre de 2018].<https://broadly.vice.com/es/article/xye9jw/lou-reed-celoso-misogino>.
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